miércoles, 7 de diciembre de 2011

Alerta Colombia: ¿Vendieron parte del Chocó?

Publicado en Nasaacin.org


"La empresa "Colombia Hardwood" ha comenzado a tumbar árboles en Bahía Solano para exportar a China, las maderas más finas del Chocó: algarrobo, sande, cedro amargo, bálsamo, caimito, chanul y virola.

Esta empresa no es cualquiera. Es dueña de REM Forest Products, del billonario canadiense Frank Giustra, un corsario financiero que obtuvo una licencia de aprovechamiento forestal otorgada por Codechocó en 2006 (Resolución 2293) para explotar durante 15 años más de cinco millones de metros cúbicos de madera; unos US$1.500 millones. Esta compañía tienen a su vez vínculos financieros con Pacific Rubiales Energy, Medoro Resources, Alange Corp, Gran Colombia Gold. Es decir, se trata de un proyecto de envergadura: madera, oro y petróleo. La Prima-REM ha instalado en la playa de Huaca un campamento con una docena de empleados canadienses, otros tantos colombianos, 80 ciudadanos nativos de las comunidades negras e indígenas y dos helicópteros. La empresa se dispone a cortar su primer millón de metros cúbicos en 44.596 hectáreas, autorizado por la Ley 70 de 1993. Este territorio -inembargable, inalienable, se extiende entre Bahía Solano y Juradó, el Pacífico y la Serranía del Baudó, y ocupa una superficie de 67.327 hectáreas donde viven 18 comunidades, 1.329 familias y 5.846 personas. Es decir, el 70% de la superficie, será controlado por la empresa. La madera que se explotará en los próximos años costaría US$280 millones, de los cuales la compañía reconocerá al Consejo Comunitario el 10%.

Los directivos actuales hicieron el negocio, pese a que en 2005 se opuso la Ley Forestal -felizmente rechazada por la Corte Constitucional-, por considerar que con ella se "facilitarían transacciones y el aprovechamiento con ánimo de lucro de los bosques nativos plantados en las principales zonas del Pacífico y de la Amazonia". Codechocó dio el visto bueno y el Ministerio de Medio Ambiente aplaudió el logro. El Consejo Comunitario de Mecana, donde se ha construido el campamento de Prima Colombia Hardwood, considera amañada y tramposa la consulta y corrupta a cambio de miserables dádivas.

Para protestar contra la tala de una de las selvas más preciosas del planeta, se encadenó tres días a un árbol de Bahía Solano Juan Ceballos. Pero, a estas horas de grandes desfalcos y robos en las EPS, ¿a quién puede importarle la suerte de un ciudadano amarrado a un árbol sin haber sido secuestrado por la guerrilla?

Francisco Serna
Profesor Asociado
Museo Entomológico UNAB
(Universidad Nacional Agronomía Bogotá)
Grupo SIA (Sistemática Insectos Agronomía)
Facultad de Agronomía
Universidad Nacional de Colombia
Carrera 30, #45-03. Bogotá, Colombia."

domingo, 4 de diciembre de 2011

Que la empresa CERREJON repare los daños ocasionados durante los 35 años de explotación.

Suena raro el titular pero para que sepamos los colombianos, es lo que estan solicitando las comunidades indígenas de nuestra bella Guajira ante la posible ampliación del proyecto minero y la desviación del río Ranchería.

Ante el fenómeno inminente de la locomora minera que se pretende jalone el desarrollo económico del país, salen sus defensores y opositores a querer imponer su punto de vista y con esta manifestación de los pobladores de la zona, de los que han convivido con la situacióm, que tiene el respaldo de 35 años de experiencia no podemos seguirnos haciendo los de la vista gorda y creer que "se minimizaran los impactos". No, cualquier actividad genera impactos y la mineria los genera por montones y sus consecuencias se ven en el corto, mediano y largo plazo en las dimensiones ambientales, sociales y económicas. 

Les recomiendo que lean el manifiesto del pasado 20 de noviembre que de por si es bastante claro y que nos debe hacer reflexionar que nuestro patrimonio no es un juego, que no es cuestion de un periodo de gobierno su manejo sino de toda la sociedad pensando siempre en nuestros recursos naturales como la base de nuestra propia existencia, como lo firman al final "POR LA VIDA, EL AGUA, EL TERRITORIO, Y EL BUEN VIVIR DE TODOS LOS GUAJIROS"
.

Transcribo y copio el link tomado de la página Defensaterritorios.org



Pronunciamiento de pueblos y comunidades afectadas por los megaproyectos mineros en el departamento de La Guajira, Colombia.
Reunidos entre el 18 y 20 de noviembre de 2011 en el Resguardo Indígena Wayuu provincial, municipio Barrancas. Escrito por http://www.conflictosmineros.net/




Reunidos miembros y delegados por las comunidades: Resguardos indígenas Wayuu: TRUPIO GACHO, ZAHINO,PROVINCIAL, CERRODEO, CABEZA DE PERRO, Comunidad asentamiento LA GRANJITA, LA GRANJA, BARRANCON, NUEVO ESPINAL, LOS GUAJIREROS, MADRE BERNARDA,TAMAQUITO II, PALMARITO, CAMPO ALEGRE comunidades afro colombianas de ROCHE, CHANCLETA y TABACO y comunidades campesinas de SIERRA AZUL, LAS CASITAS, ZARAHITA, EL DESCANSO, EL PALMARITO, PATILLA, ASOROCHEROS, OREGANAL Y ORGANIZACIÓN FUERZA DE MUJERES WAYUU, y las organizaciones que agrupan cabildos, asentamientos, campesinos, mujeres y comunidades afectadas y desplazadas ACIWASUG, ALEWAJILAWA, ANUC, FUERZA DE MUJERES WAYUU y FECODEMIAGUA en el resguardo Provincial jurisdicción del municipio de Barrancas del Departamento de la Guajira, los días 18 al 20 de noviembre de 2011, abordamos la problemática que ha ocasionado la solicitud de expansión del proyecto minero del Cerrejón y los impactos que viene produciendo la actividad minera a cielo abierto de este mismo
proyecto por 35 años en la Guajira.

Fue especialmente notoria la activa participación durante las jornadas, de las autoridades tradicionales, de las mujeres, los jóvenes y las niñas.

Durante estos tres días, como pueblos y comunidades nos escuchamos y analizamos desde diferentes ámbitos y perspectivas los impactos sociales, ambientales, culturales y económicos que se vienen presentando por cuenta de la minería en nuestros territorios; igualmente recordamos lo que teníamos en ellos hasta antes de llegar ésta y examinamos los derechos y garantías que nos amparan y el grado de protección o vulneración por parte de las empresas y del Estado durante todos estos años.

ASÍ CONSTATAMOS QUE: Antes de que llegara la economía minera, había tranquilidad en nuestras comunidades, se vivía mejor, había animales para el ejercicio de la cacería, practicábamos la pesca y la agricultura, sin embargo con la llegada de la industria minera acompañada de la promesa de progreso y desarrollo, se iniciaron los despojos a las comunidades; en ningún momento se hicieron procesos de consultas ajustados a la constitución, los tratados internacionales ni nuestras leyes y normas de origen; es claro que las autoridades y empresarios violaron completamente todos los estándares de derecho de los pueblos indígenas Wayuu, afro descendientes y a la participación de las comunidades campesinas.

Este despojo lo han padecido comunidades como: El Espinal, Palmarito, Cabeza de Perro, Sojori, Tabaco, Chancleta, Roche, Patilla, Zarahita, Manantial, Caracolí, Oreganal, Las Casitas, Barrancón y el Descanso, sin que a la fecha hayan recuperado su territorio o lo tengan sin la titulación correspondiente y con graves afectaciones en su cultura y tejido social, lo cual limita el goce de sus derechos como personas y miembros de comunidades.
El Estado colombiano no ha protegido los derechos de las comunidades al territorio, a la
participación, a la cultura, a la salud, ni a la propiedad colectiva ni individual.

La extracción minera a gran escala en nuestros territorios y al lado de ellos, ha afectado las culturas del pueblo Wayuu, afrodescendientes y campesinos; sumada a esta situación, la Empresa el Cerrejón con auspicio del Estado Colombiano pretende desviar el cauce del rio Ranchería del cual dependen los Municipios de Barrancas, Hatonuevo, Albania y Riohacha y sus corregimientos, Resguardos Indígenas y consejos comunitarios así como todas las comunidades y pobladores que habitan en el cauce del río.

Se observa con preocupación cómo el proyecto minero del Cerrejón por 35 años continúa desalojando del territorio a las comunidades nativas, contaminando el agua, el aire y el suelo, a través del polvillo del carbón el cual genera infecciones respiratorias que han llevado a la muerte a un número considerable de pobladores y miembros de las comunidades, contaminación visual por la modificación del paisaje y auditiva por los ruidos que producen las maquinarias y la voladura de los explosivos.

En estos momentos las empresas interesadas están impulsando reuniones para la expansión del proyecto minero del cerrejón y la desviación del río Ranchería en busca de explotar el carbón, sin importar los graves impactos que este proyecto traerá para los guajiros y las guajiras, por el desabastecimiento de agua, contaminación de aire, el agua y el suelo; la pérdida de biodiversidad, la ruptura de la cultura y los tejidos sociales y del territorio en general. Hoy nos vemos frente al inminente riesgo de que la Guajira desaparezca en pocos años, si no le ponemos freno a la ambición desmedida de las empresas y la complicidad del Estado que nos quieren dejar SIN DONDE COLGAR EL CHINCHORRO.

Como si fuera poco el daño causado con la explotación minera de tantos años, hoy se pretende desviar el río Ranchería más de 26 kilómetros de su cauce natural, por ello se ha movilizado la población el 9 de agosto y 6 de septiembre de 2011, porque no queremos el desvío del río Ranchería ni que se siga expandiendo el proyecto minería, pues como lo hemos constatado en estos 35 años de explotación, si se concreta la expansión se deteriorarán aun más las condiciones de vida de la mayoría de los pobladores de la Guajira. Estos proyectos y su expansión se han hecho sin respeto a los derechos de participación de los ciudadanos y ciudadanas de la Guajira y de Colombia que contiene la Constitución Política de nuestro país.

Somos consientes de los derechos que hemos conquistado, los cuales deben ser respetados tanto por el Estado colombiano como por las empresas y los Estados de origen de éstas, en tal sentido nos oponemos a que de manera arbitraria se siga adelante con estos proyectos y se simule y engañe a las comunidades en reuniones que se pretenden hacer pasar como de consulta previa.

La consulta con consentimiento libre, previo e informado a que tenemos derecho, no se obtiene con la presión y los afanes de las empresas CERREJON, PACIFC RUBIALES y MPX que a través de sus funcionarios, contratando hermanos indígenas y de manera arbitraria han ingresado a comunidades indígenas y de afrodescendientes, dividiendo familias, desconociendo costumbres, tradiciones, autoridades comunitarias, formas de vida y la autonomía de los dueños del territorio; han realizado reuniones, levantado actas de concertación con algunas personas, desconociendo que el territorio es de todos los miembros de las comunidades, y es el 100% quien debe participar.

Por ello manifestamos, basados en el convenio 169 de la OIT, ratificado por la ley 21 de 1991, la Constitución Nacional y la jurisprudencia nacional e internacional, que las empresas no tienen por qué estar promoviendo consultas ni entrando en nuestros territorios sin nuestro consentimiento y permiso de nuestras asambleas comunitarias como mayor organismo de gobierno de nuestras comunidades.

Las empresas multinacionales han violando el derecho a la consulta que tienen los pueblos indígenas, con el apoyo y apadrinamiento del Ministerio del Interior y de Justicia, desconociendo éste su obligación y papel de garante para el que fue creado, ya que se ha parcializado a favor de los intereses de mega proyectos del Cerrejón para la fase de ampliación, la vía férrea para MPX, y la exploración de gas a favor de la empresa Pacific Rubiales; como también lo ha hecho durante todos estos años el Estado en relación con el megaproyecto carbonífero.

Decisiones:

1. Solicitamos al Estado colombiano:

a. Respetar y garantizar el derecho de los pueblos al goce efectivo de su territorio colectivo.
b. Invalidar las consultas realizadas con algunos delegados que desconocen la totalidad y forma de vida de las comunidades.


c. No otorgar licencias, previo a realizar consultas autónomas en las comunidades.
d. Respetar la decisión en cuanto a cómo realizar la consulta previa en las comunidades. Tomando en cuenta que los pueblos son autónomos, dueños de su territorio y por lo tanto que la consulta sea en base a sus costumbres, tradiciones y formas de vida.
e. Que el gobierno ordene el cese de las prácticas de acoso de MPX, en contra de las comunidades asentadas en las zonas de actividad minera, entre ellas CAÑAVELARES, CORRALEJA, CONEJO.
f. Tomar medidas urgentes para garantizar, promover y recuperar la alimentación de las comunidades a través de actividades productivas como la agricultura, la pesca, la caza y demás labores acordes con sus usos y costumbres; así como alternativas económicas viables para la Guajira que preserven el territorio, el agua, el medio ambiente, el trabajo y la vida digna de sus habitantes.

2. Exigimos a las Empresas CERREJON, MPX, PACIFIC RUBIALES y otras que pretendan instalarse:

a. Suspender sus actividades de extracción minera en nuestros territorios.
b. No realizar más reuniones en nuestras comunidades, haciéndolas pasar por consultas previas.
c. No utilizar el cuerpo de los pobladores para la publicidad de su empresa.
d. No engañar a la juventud de nuestras comunidades, haciéndose pasar como el mejor empleador de la época.
e. Informar sobre los efectos negativos que ocasionan sus empresas.
f. Que la empresa CERREJON repare los daños ocasionados durante los 35 años de explotación.

3. Manifestamos que no permitiremos la desviación del río Ranchería

4. Alertamos a quienes en verdad quieren a la Guajira, desean vivir y criar sus hijos en ella, que si permitimos que la minería siga expandiéndose, muy pronto nos vamos a quedar TODOS SIN AGUA Y SIN TERRITORIO.

5. Responsabilizamos al Estado colombiano, a la Empresa CERREJON y los países de origen de esta empresa, sobre los impactos y afectaciones al territorio y derechos humanos que sufra la población por defender y preservar el río Ranchería.

6. Informamos que no permitiremos que se realicen procesos de prospección de gas.

7. Advertimos que no aceptamos la construcción de una línea férrea ni megaproyectos que afecten nuestra vida y permanencia en el territorio que cohabitamos.

8. Exigimos el respeto a la decisión comunitaria en cuanto a la forma y el tiempo de realizar las consultas previas y autónomas en nuestro territorio.

9. Solicitamos a las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, y comunidades afectadas por la minería a trabajar conjuntamente hacia la descertificación de las empresas megamineras en el mundo, por la contaminación y atentar contra la vida de la humanidad.

POR LA VIDA, EL AGUA, EL TERRITORIO, Y EL BUEN VIVIR DE TODOS LOS GUAJIROS

Firman: COMUNIDADES WAYUU, AFRODESCENDIENTES Y CAMPESINOS DE LA GUAJIRA.

Dado en Provincial – Barrancas – Guajira – Colombia, el 20 de noviembre de 2011.